Los títulos recomendados en el mes de diciembre fueron: Doctor Arrowemith (Sincler Lewis), El destino de los héroes (Chufo Lloréns), Nuestros inesperados hermanos (Amin Maalouf), Artemisa (Anna Banti), Memoria de la nieve (Julio Llamazares) y Cosas que los nietos deberían saber (Mark Oliver Everett).
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Ganadora de un premio Pulitzer, esta novela recorre la vida de Martin Arrowsmith, un tipo bastante común que entra en contacto con la medicina a los catorce años como asistente del médico en su ciudad natal.
Lewis narra de manera brillante el mundo de la investigación, y de las compañías farmacéuticas, así como las modestas ambiciones de muchos hombres y mujeres que tienen una gran vocación. Describe magistralmente muchos aspectos del mundo de la medicina, desde la formación hasta las consideraciones éticas, y nos muestra, con un tono satírico, las envidias, presiones y negligencias que a veces van asociadas a ese mundo.
Los albores del siglo XX en Europa traen consigo aires de esperanza e innovación. En medio de ese ambiente vibrante y alentador, el París bohemio y el Madrid castizo ven nacer dos bellas historias de amor. Deambulando por el barrio de Montmartre, Gerhard, un joven alemán que sueña con pintar como los maestros franceses, se enamora perdidamente de Lucie, la decidida hija de su casera. Por otro lado, en las calles señoriales de la capital de España, el aristocrático José Cervera cae rendido a los pies de la exótica Nachita, la hija de un indiano que está de paso por la ciudad. Todos parecen a punto de alcanzar la felicidad, pero el destino, a veces cruel, les depara auténticas sorpresas.
Alec, dibujante de mediana edad, y Eve, novelista de un mítico éxito editorial, son los únicos habitantes de un islote diminuto de la costa atlántica. Se evitan, hasta el día en que una inexplicable avería de todos los medios de comunicación les fuerza a salir de su celosa soledad. ¿Qué está pasando? ¿Qué ha ocurrido en el resto del planeta?
El tumultuoso encuentro de nuestros protagonistas con sus «inesperados hermanos», pertenecientes a una misteriosa civilización que se proclama heredera de la antigua Grecia y que ha alcanzado un saber médico mucho más avanzado que el nuestro, convierte a esta novela en un cuento moderno de gran fuerza dramática.
Artemisia, hija del pintor Orazio Gentileschi, compañero de Caravaggio, fue violada a los diecisiete años por su profesor de pintura, y humillada y torturada en un posterior juicio por estupro. Su venganza fue imponerse como artista, otorgando a las mujeres de sus lienzos un protagonismo incómodo y fascinante para su siglo, y que alcanzó un inaudito reconocimiento.
Anna Banti había dedicado a la figura de Artemisia Gentileschi una novela cuyo manuscrito fue destruido en el bombardeo nazi de Florencia en agosto de 1944. Banti encontró en la gran pintora del Barroco, silenciada por una historia del arte eminentemente masculina, el símbolo universal de mujer luchadora y una amiga imaginaria que compartía con ella la carga de una permanente desconfianza del entorno hacia sus cualidades.
Publicado en 1982 es el segundo libro que escribió Julio Llamazares. Su escritura está vinculada estrechamente a aquel paisaje perdido y reencontrado en su memoria. Como el propio autor señala: «Son símbolos de mi biografía: la nieve, los bueyes, las montañas, etcétera. Otros tendrían el mar, los cañaverales, el sol, como paisaje de su historia. Pero la mía es ésta, de esta simbología parte lo que digo, y surge lo mismo en prosa que en poesía. Ese título, Memoria de la nieve, resume muy bien no solo la poesía sino toda mi obra. Creo, además, que es una redundancia: la memoria es como la nieve, escribes sobre ella, y mientras escribes se va derritiendo. Es como si siempre escribiera sobre la nieve, no sobre el papel».
Mark Oliver Everett, el llamado ‘Kurt Vonnegut’ del rock, líder y cerebro de Eels, banda que Bush II intentó prohibir por nociva, es hijo del físico cuántico Hugh Everett, que se perdió en su propia y notable interpretación de los universos múltiples hasta que E, como también se conoce al autor de este libro, encontró su cadáver. Así empezaba un ciclo de desgracias que culmina en una rara y preciosa autobiografía musical. Y es que la desgracia siempre dio mejores historias, y mejores canciones, sobre todo si son de Everett.